
Ejercicio físico, el olfato puede motivar a tu cerebro
La relación entre el olfato y motivación para el ejercicio físico puede parecer muy extraña. Sin embargo, a poco que pensemos en ello, en los centros de fitness, gimnasios y deportes de equipo, las personas reciben muchos estímulos olfativos del entorno y de otras personas cercanas.
¿Cómo reacciona nuestro cerebro ante estos estímulos olfativos?
Olfato, memoria y motivaciones
El sistema olfativo es un sistema filogenéticamente antiguo que está conectado a las estructuras cerebrales implicadas en la formación de la memoria y los aspectos motivacionales del comportamiento. No es sorprendente que los olores puedan provocar recuerdos vívidos de experiencias pasadas junto con emociones intensas.
Aspecto que ha aprovechado, por ejemplo el Neuromarketing, para todo un desarrollo del marketing olfativo (para saber sobre este tema puede ir AQUÍ)
La importancia del olfato para los seres humanos se enfatiza por la conservación evolutiva de un gran número de genes dedicados a la percepción del olor. De hecho, los científicos Linda Buck y Richard Axel fueron galardonados con el premio Nobel de Fisiología o Medicina en 2004, por la identificación de genes receptores de olores.
En la vida diaria, los olores son esenciales para la nutrición, la seguridad, las interacciones sociales y nuestra sensación general de bienestar.
¿Por que no entonces puede haber una relación entre olfato y motivación para el ejercicio físico?
Órgano Vomeronasal
El órgano vomeronasal, es el órgano olfativo accesorio en anfibios y la mayoría de los mamíferos. El órgano vomeronasal detecta feromonas, sustancias químicas que se producen y liberan al medio ambiente, que desencadenan cambios de comportamiento y fisiológicos en quienes reciben las moléculas.
Las señales detectadas por las neuronas receptoras sensoriales vomeronasales se procesan luego en la amígdala y el hipotálamo del cerebro, lo que induce respuestas conductuales y cambios endocrinológicos.
El estudio
Científicos de la Universidad de California, Riverside (UCR) realizaron un estudio para encontrar cuáles son los factores genéticos que hacen que a algunas personas les guste más el ejercicios que a otras.
Para determinar las contribuciones genéticas a los rasgos voluntarios relacionados con el ejercicio, Haga Yamanaka y su equipo sometieron a ratones a correr voluntariamente en ruedas. Comportamiento ampliamente estudiado en el que los roedores corren espontáneamente cuando se les da acceso a ruedas.
Los investigadores establecieron dos líneas, una evolucionada artificialmente mediante la reproducción selectiva de ratones con gran actividad y otra línea de ratones normales.
Resultados
Para su sorpresa, los investigadores encontraron que los ratones de la línea de alta actividad desarrollaron diferencias genéticas en su sistema olfativo. Estas diferencias les hicieron percibir los olores de manera diferente a los ratones de la línea normal.
Es decir, los ratones activos tenían varios receptores quimiosensoriales en grupos de genes de receptores específicos en los órganos vomeronasales.
La conclusión es que las diferencias de hábitos de ejercicio en los ratones pueden explicarse por una percepción diferenciada de olores específicos.
Como un paso siguiente, los investigadores planean realizar experimentos para aislar determinadas sustancias químicas producidas por ratones, tal vez de su orina, y determinar si estas sustancias aumentan la motivación para hacer ejercicio y cómo lo hacen.
Conclusión
Si bien se realizó en ratones de laboratorio, el estudio puede abrir nuevas áreas de investigación y tener relevancia para los humanos.
Imaginemos que se puedan aislar las sustancias que tienen este efecto en los seres humanos. Si así fuera, tal vez podamos añadir una esencia a los numerosos consejos y trucos para la motivación del ejercicio que aparecen en Internet.
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