NeuroEducación para la escuela del futuro: ¡a divertirse!

NeuroEducación para la escuela del futuro: ¡a divertirse!

¿Cómo es la Neuroeducación para la escuela del futuro?

Imaginaos un mundo donde vendrán nuestros hijos a despertarnos por la mañana haciéndonos presión para no llegar tarde a la primera hora del curso (¡incluso de matemática!) y donde el aprendizaje ya no será sinónimo de disciplina, esfuerzo, sacrificio sino de diversión, emoción, vida.

Parece ciencia ficción, pero no, ya es una realidad. Se trata de neuroeducación para la escuela del futuro, o sea la aplicación de los conocimientos de neurociencia a la didáctica.

Hasta la matemática

En esta nueva etapa del sistema educacional, hasta la matemática puede ser divertida y emocionar a los estudiantes. Un perfecto ejemplo de esto es el método Jump Math, desarrollado por el maestro y doctor en matemática canadiense John Mighton. Se trata de un nuevo modelo de enseñanza- aprendizaje basado en los últimos avances de la neurociencia.

Este método ya se aplica en varias escuelas primarias. Está teniendo mucho éxito entre los alumnos, debido en particular a la aplicación de actividades innovadoras. El objetivo es vencer las barreras del aprendizaje que suelen levantar los alumnos cuando se trata de aprender conceptos abstractos y complejos.

El método Jump Math propone un aprendizaje que va de lo concreto a lo abstracto. De esta manera, ayuda a los alumnos en su proceso de aprender a pensar las matemáticas. Da así tiempo a reflexionar, a compartir, a conectar. Y también permitiendo que los aprendizajes se realicen en el momento más oportuno, según la lógica de las matemáticas y del desarrollo madurativo del alumno.

¿Pero a nivel práctico cómo funciona?

Estas son las fases iniciales que propone el Método Jump Math:

Fase 1: se utilizan los 5 sentidos como herramienta para crear experiencias durante el aprendizaje, así que se aprovecha de aquello

que se puede tocar, ver, sentir, contar, medir, es decir, todo aquello que es manipulable.

Fase 2: En un segundo momento se avanza con una representación pictórica de lo que se ha manipulado. Así se aprende así a representar la realidad de un modo coherente, se dibuja lo concreto.

Una vez que los alumnos habrán cogido soltura con la representación gráfica, podrán representar la realidad de manera más sencilla y práctica utilizando símbolos. A través de ellos, se accede a un conocimiento más rico y profundo de la realidad.

En fin, el alumno será capaz de abstraer lo simbolizado, utilizando conceptos y operaciones generales y universales. Los objetos matemáticos se pueden ahora pensar y generalizar.

Este método incluye también una parte más motivadora. En ella el profesor comienza cada sesión con una pequeña actividad que ayuda a fomentar la seguridad en el alumno y emociones positivas que sabemos son indispensable para un aprendizaje más efectivo y rápido.

Juego y aprendizaje

Otro ejemplo de aplicación de la neuroeducación en la escuela, es la fusión entre juego y aprendizaje, el neurogaming. De hecho, el juego lleva al alumno a tomar un papel activo en el aprendizaje, durante el que elabora teorías y predicciones.

Si éstas se cumplen o superan, activan una región del cerebro llamada núcleo accumbens, que provoca la liberación de dopamina, un neurotransmisor que favorece la motivación y nos permite actuar.

Al mismo tiempo, el juego es una actividad agradable para los niños que estimula su curiosidad y creatividad y ayuda a dirigir y regular la atención hacia los estímulos externos, lo cual beneficia enormemente el aprendizaje.

Además, estimula el desarrollo social, físico y cognitivo, y favorece la socialización, variantes que la hacen fundamental en la aplicación de la Neuroeducación para la escuela del futuro.

Evaluaciones

Otra fase fundamental desde el punto de vista educativo es la gestión de las evaluaciones relativas a las tareas asignadas en el aula.

El enfoque más tradicional de la evaluación tiende a crear un desequilibrio en el aula en el que se clasifica a los alumnos como más o menos capaces en una determinada materia.

Este enfoque conduce a la aparición de estados de ánimo negativos y ansiosos en los alumnos. Esto es absolutamente contraproducente desde el punto de vista didáctico. Más aún, si consideramos que muy a menudo llevan al estudiante a sentir repulsión por la materia de estudio por tener valoraciones negativas.

También en este caso, la neuroeducación tiene un papel fundamental. Puede transformar un momento normalmente percibido por los estudiantes como negativo y angustiante, en un momento de comparación y crecimiento en el que debatir, proyectar, analizar problemas.

Todo con el fin de activar el sistema de recompensas en el cerebro para promover la motivación y la autorregulación en los niños. Esta evaluación formativa debe realizarse observando las necesidades reales de los alumnos y proponiendo soluciones para mejorar su aprendizaje.

Actividades al aire libre

Otra estrategia que se puede aplicar aprovechando los conocimientos adquiridos de la neurociencia, es la combinación de lecciones tradicionales y actividades al aire libre, que involucren actividad física.

Se ha demostrado que el movimiento del cuerpo y la interacción con el mundo exterior juegan un papel fundamental. Ayudan en la comprensión de los significados, ya que la mayor parte del aprendizaje proviene de la experiencia que tenemos del entorno que nos rodea.

De hecho, la actividad física produce cambios sinápticos que mejoran tanto la adaptación como la consolidación de la información. Imprescindibles para el desarrollo del cerebro y una mejor consolidación de la información.

También se sabe que los niños prefieren sesiones de clase que incluyan salidas al patio de recreo o al aire libre, donde puedan hacer actividad física mientras aprenden.

Múltiples estrategias

Como hemos visto, existen múltiples estrategias educativas que se pueden aplicar y que pueden transformar el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Al principio, no es necesario hacer cambios drásticos, solo crear un ambiente positivo y agradable. Esto se logra utilizando material interesante que estimule la curiosidad y la participación activa de los alumnos, evitando así lecciones repetitivas y pasivas.

Seguramente este paso podría implicar un esfuerzo adicional por parte de los docentes. Tendrán que reorganizar sus lecciones para dar también espacio a la acción y la práctica, asegurándose siempre de mantener vivo el interés aprovechando del poder de las emociones.

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Autora: Gaia Golinelli – Alumna del Máster en Neuromarketing de ESCO Euniversitas

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