
Neurociencia y Neuroliderazgo explican la mayor labor social de la mujer
Servir a los demás es una actividad que “en teoría” debería ser realizada por las personas durante el trascurso de sus vidas. Tanto fundaciones como inclusive refugios de perros sin hogar se gestionan con gente académicamente preparada y también con grupos de jóvenes en su búsqueda por un mundo más justo y equitativo.
Sin embargo, ¿te has dado cuenta que la presencia femenina es mayor que la masculina en cualquier actividad relacionada a la labor social? De pronto la neurociencia y neuroliderazgo podrían explicarlo.
¿Quisieras descubrirlo a continuación?
La mente masculina y femenina explicadas por la neurociencia
Si te ubicas en la época de la prehistoria, recordarías la vida de quienes habitaban y que influyó en gran medida en el desarrollo del cerebro hasta la actualidad.
El hombre cazador perseguía en grupo animales para alimentar a él y su familia, desafiando los peligros y apuntando su mirada únicamente hacia el objetivo establecido. La mujer, por su parte, recolectaba frutos y cuidaba a sus hijos observando el entorno en alerta permanente a cualquier amenaza que sienta se aproxime.
Estos antecedentes te permitirían asociar a lo siguiente:
Tu cerebro está compuesto por dos hemisferios, entre ellos se encuentra el cuerpo calloso que, al estar compuesto por millones de fibras nerviosas, permite la conexión de información entre ambos hemisferios.
No obstante, al ser el cuerpo calloso del cerebro femenino más grueso que el masculino podrías entender ciertas afirmaciones que algún momento te habrá llamado la atención y comprobando lo anterior.
Andrea Rodríguez Burbano, articulista del diario “El Telégrafo” de Guayaquil, Ecuador, cita en “Las diferencias del cerebro masculino y femenino generan controversias” a Serge Ginger, fundador de la escuela parisina de la Gestalt. Este autor señala que las mujeres, al contrario de los hombres, escuchan con mayor detenimiento y emotividad a la voz de quien conversa debido a que sus dos hemisferios interactúan al mismo tiempo y con mayor agilidad.
Adicionalmente, las áreas de Broca y Wernicke, ambas encargadas de la producción del habla y la comprensión del lenguaje, son más amplias en el cerebro femenino.
Por tanto, las mujeres tienden a una mayor comunicación verbal. Y ésta, dirigida al razonamiento tanto lógico como abstracto, la preocupación, la sensibilidad y la toma de decisiones con gran intuición y emotividad.
En efecto, las mujeres poseen una corteza prefrontal e hipocampo de mayor tamaño y relacionados con las emociones, los detalles como los colores y los recuerdos inclusive a largo plazo. Además, la oxitocina es una hormona que se libera con mayor frecuencia en la mujer durante las contracciones en el parto, al momento de amamantar y que ayuda a fomentar el vínculo de madre e hijo, el bienestar para ellas y su familia o grupo.
En el cerebro del hombre, su lóbulo parietal y las amígdalas, que identifican el peligro, la ira o el miedo, son de mayor tamaño permitiendo la habilidad para resolver problemas de manera concreta, distinguiendo la posición relativa de los objetos de manera visual.
Corroborando esto, Andrea Rodríguez Burbano cita también a la neuróloga ecuatoriana Lisette Duque quien manifiesta que los hombres son centrados a la acción más que a la palabra, debido a un amplio desarrollo en su hemisferio derecho caracterizado por la percepción espacial y motora de carácter visual.
Si la neurociencia te expone la razón para la mayor presencia de mujeres al frente de labores sociales, como lo viste antes, lo siguiente va más allá.
El papel de la Neurociencia frente a la labor social
Se sabe que la labor social implica el conocimiento académico de distintas disciplinas.
En efecto, la psicología, la medicina o la psiquiatría son disciplinas importantes para enfrentar distintos desafíos relacionados con el comportamiento del ser humano dentro del entorno cotidiano.
Sin embargo, a raíz del cambiante ambiente cada vez más complejo a nivel social del mundo actual, sería oportuno que recuerdes a la Neurociencia como una disciplina que estudia con mayor profundidad el sistema nervioso del ser humano.
¿El motivo? Dicha complejidad requiere de una estratégica conexión entre el entendimiento del sistema nervioso humano y el abordar los problemas sociales como los niños y jóvenes de escasos recursos por la migración, el maltrato a la mujer, intentos de suicidio a raíz del COVID 19, entre otros casos.
En el blog “La Neurociencia aplicada al Trabajo Social”, se afirma la importancia de varios estudios relacionados entre ambas disciplinas para demostrar la creciente complejidad que aquel trabajo representa en las personas que lo realizan diariamente.
Dicho blog, cita el libro “Neurociencia y Práctica del Trabajo Social: el eslabón perdido” de la autora Rosemary Farmer señalando que el cerebro debe considerarse como un órgano que controla responsablemente no solo el sistema nervioso como tal. Al contrario, hay que reconocer que el funcionamiento también aborda los pensamientos y sentimientos para poder ayudar a las personas a alcanzar verdadera salud y bienestar.
En definitiva, la neurociencia y la empatía podríamos considerarlas como claves para una verdadera labor social óptima.
¿El Neuroliderazgo acerca a la mujer hacia la labor social? Otras explicaciones
En la lectura “Neuroliderazgo, el cerebro en el liderazgo y la gestión. Beneficios para las organizaciones” de Néstor Braidot, se aborda la importancia del desempeño grupal compuesto por personas altamente motivadas y comprometidas con cualquier tipo de empresa.
Para esto, la dirección conducida por personas capacitadas en realizar una correcta gestión debe estar apoyada no solamente en el conocimiento intelectual, sino también en proyectar verdadera empatía al momento de dirigir a un equipo de trabajo en el cumplimiento de metas establecidas.
No obstante, tras Braidot manifestar que el liderazgo requiere del procesamiento de una gran cantidad de información para la toma de decisiones, en adición a recordar la diferencia entre el cerebro masculino y femenino para realizar dicho proceso, las siguientes reflexiones de este autor aclaran tu duda inicial.
El autor asegura que, para una óptima toma de decisiones, es ideal una gran cantidad de conexiones entre las neuronas cerebrales en términos de liderazgo. No obstante, y tomando en cuenta que la lectura de Braidot no se concentra en un tema similar a este artículo, el autor reconoce la capacidad de la mujer para liderar empresas, cargos políticos y claro, labor social.
Además, si adicionas la mención también de Braidot sobre el proceso metaconsciente y la memoria de experiencias emotivas para la toma de decisiones, podrías asociar a la intuición femenina como clave del Neuroliderazgo favorable para labores sociales gestionadas eficientemente.
Nuevamente una profunda explicación ante la alta presencia femenina dentro de un trabajo social que requiere de intelecto, gran emotividad y habilidad para trabajar grupalmente.
Labor Social mayor en la mujer y la Neuroplasticidad se complementan
La Neuroplasticidad es la capacidad cerebral para crear y/o modificar redes de conexiones neuronales. Cuando el cerebro está ocupado en un nuevo aprendizaje o en una nueva experiencia, establece una serie de cambios en las conexiones neuronales.
Ahora bien, si Braidot menciona la importancia del autoliderazgo emocional y las capacidades neurocognitivas como parte del entrenamiento cerebral favorable para la Neuroplasticidad, ambos serían favorables para la labor social exitosamente manejada ante los complejos problemas sociales actuales.
Una actividad que encaja plenamente en las habilidades femeninas diferenciando nuevamente su estructura cerebral en comparación con el del hombre.
En efecto, la memoria, la creatividad, la atención, velocidad mental en medio de grandes hábitos de comunicación, la armonía individual y grupal positiva para decisiones acertadas entrenanan favorable para alcanzar un verdadero Neuroliderazgo que guie el trabajo social.
Y la razón por la que hayas notado, por ejemplo, que en varias instituciones donde se abordan problemas sociales son las mujeres quienes gestionan dinámicamente mediante la intuición, la paciencia, la sensibilidad y la preocupación no solo por quienes se trabaja, sino también por su mismo equipo de gestión.
Conclusión
En conclusión, la labor social exige de una mente dinámica debido a la interacción entre personas en medio de un ambiente complejo, a raíz de los problemas sociales que afectan a la comunidad.
Si bien a esta labor la pueden gestionar hombres y mujeres, al detener tu mirada hacia esta actividad seguro notas la mayor presencia femenina, que quizá siempre ha sido una característica desapercibida.
Mediante profundas reflexiones, la Neurociencia y el Neuroliderazgo exploran contigo la estructura cerebral del ser humano, y las sutiles diferencias entre los hombres y las mujeres. Entre las cuales, la intuición y la empatía son algunas de varias piezas que resuelven el rompecabezas planteado al inicio.

Autora: Gabriela Susana Borja Recalde – Alumna del Máster Online en Neuromarketing.
Imagen: Voluntario Isla Galápagos, Ecuador
La manera en que funciona el cerebro femenino hace lógica ver porque son parte de este tipo de actividades. Desde la infancia hay una clara inclinación a actividades de cuidado y protección, sin dejar de lado que poseen más desarrollada ciertas regiones de la corteza frontal, responsables de gran parte de procesos cognitivos superiores. También son de mayor tamaño en ellas ciertas áreas del sistema límbico, responsable directo de la gestión de emociones, al ser más empáticas pueden llegar a conocer bien las situaciones y ayudar a solucionarlos. Su capacidad para comunicarse y escuchar juega un papel importante en estas actividades.