La NeuroArquitectura te ayuda en el Teletrabajo

La NeuroArquitectura te ayuda en el Teletrabajo

Montse Cerezo LarribaDirectora de Alternativa Comunicación – Alumna del Máster en Neuromarketing ESCO E-Universitas

Aplicación de los principios de la neuroarquitectura a la transformación de la oficina doméstica en periodo de confinamiento.

La casa como lugar de trabajo y su influencia en el cerebro inconsciente.

Volver al refugio

En 2020 hemos vivido un momento único en la historia. La humanidad entera se ha visto recluida en casa para protegerse de un pequeño virus que ha hecho tambalear los cimientos de la confianza en la ciencia y el progreso.

La pandemia nos ha transformado, ha removido conciencias, valores y  hábitos y nos ha hecho tener que adaptarnos como especie a una situación novedosa.  El hogar vuelve a recuperar ese sentido primitivo de refugio, de protección ante el peligro exterior. Hemos vuelto a las cavernas con la novedad de que la cueva se ha convertido también en el lugar de búsqueda del alimento.

Situación original

La situación es original: la tecnología nos ha permitido salir al mundo exterior de manera virtual con un sistema multipantalla donde todas las posibilidades estaban a nuestro alcance. La casa se ha convertido en la oficina y hemos cambiado a los compañeros de trabajo por los miembros de nuestra familia.

Y ante esta situación única, ¿cómo se ha adaptado nuestro cerebro a esa vuelta a la cueva de nuestros ancestros?. En la neurociencia y su aplicación a la arquitectura – Neuroarquitectura – podemos encontrar la respuesta.

La casa en la primera década del siglo XXI es para muchos un lugar de paso. La vida en las ciudades, la relaciones humanas, el horario laboral, el estado de bienestar, la tecnología y  la democratización del ocio y el entretenimiento ha permitido al hombre desarrollar hasta el extremo su dimensión social y socialmedia. El ser humano vive entre la calle y el trabajo y la casa se ha convertido para muchos en un lugar para descansar unas pocas horas.

¿Cómo nos puede ayudar la NeuroArquitectura?

La neuroarquitectura es una disciplina reciente que trata de aplicar los principios científicos de la neurociencia al diseño de los espacios y todo tipo de construcciones  y busca entender cómo el entorno modifica las emociones, pensamientos y conductas de quienes los habitan y cómo el diseño de los espacios influyen en los estados de ánimo.

En esta situación de pandemia en la que podemos volver a una situación de confinamiento por el rebrote de la Covid19 o en el que las personas simplemente deciden optar por el teletrabajo por precaución, la neuroarquitectura puede facilitarnos algunas recomendaciones sobre cómo ordenar los espacios interiores del hogar para hacer de nuestra casa un lugar de trabajo cómodo donde podamos sentirnos productivos y reducir el nivel de estrés laboral.

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Recomendaciones para montar una oficina en casa según estudios de neuroarquitectura

Para crear un buen ambiente laboral en casa debes conocer la existencia de un diminuto elemento esencial que se encuentra en el centro de nuestro cerebro: la amígdala. Es el principal núcleo de control de las emociones y sentimientos en el cerebro y es la responsable de la conducta humana y la memoria. 

Si activamos y estimulamos esta área del sistema límbico cerebral de manera positiva podemos tener una vida laboral en casa más tranquila y emocionalmente sana.

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Elige bien tu despacho y no lo cambies

Si las circunstancias lo permiten, elige un único lugar para montar tu despacho. De esta manera el cerebro primitivo relaciona por repetición y costumbre este nuevo ambiente con el espacio de trabajo y puede ayudar a separar las actividades del hogar con las laborales por lo que de manera inconsciente esta simple elección facilita la relajación y tranquilidad cuando se abandona la oficina doméstica.

El no poder salir y “volver a casa” hace que el cerebro no separe los espacios dedicados a cada actividad. Uno de los errores que más se han cometido en esta experiencia de confinamiento ha sido que la mayoría de los trabajadores aseguran haber invertido entre un 10 y un 20% de horas extra de más en el trabajo. El no separar actividades hace que estemos siempre disponibles para el trabajo en casa, y a la larga produce cansancio, fatiga y estrés.

Procura elegir como despacho, espacios amplios rectangulares sin esquinas angulosas. Estas formas rectas inciden en el cerebro del ser humano ya que está demostrado científicamente que los espacios rectangulares son menos agobiantes que los cuadrados o asimétricos que aumentan la sensación de estrés. Los contornos suaves transmiten sensación de comodidad y seguridad.

Una buena iluminación da vida

La luz natural es un elemento fundamental para que nos sintamos relajados. Procura situarte cerca de la ventana para desviar la vista hacia el exterior y de esta manera descansar. Los grandes ventanales con cortinas tenues ayudan a llenar el espacio de luz natural disminuyendo la sensación de ahogo y opresión.

Está demostrado que bajar la iluminación reduce la conversación por lo que en estas circunstancias puedes dedicarte a actividades  más individuales que no necesitan interacción con otros miembros del equipo: redacción de informes, analítica de resultados, responder correos atrasados, etc.)

Ventila, ¡que circule el aire!

Un ambiente limpio hace que experimentemos una sensación saludable. Por el contrario una habitación cerrada donde no circula el aire contribuye a crear sensación de asfixia y ahogo.

Se recomienda ventilar antes de empezar a trabajar así que, cuando suene tu despertador,  abre las ventanas de tu despacho mientras te preparas el desayuno para que cuando llegues a tu “oficina” el aire circule limpio y respires con amplitud. Oxigena tu cerebro, la principal herramienta de trabajo, y mejora tu rendimiento.

La naturaleza en casa.

Las plantas evocan sentimientos y emociones que nos conectan con la naturaleza. En ambientes cerrados donde nos es imposible salir, pequeñas plantas de hojas verdes hacen que el cerebro humano las asocie con la naturaleza exterior y espacios abiertos procurando la liberación del estrés.

Lo verde produce tranquilidad y relax. Procura tener plantas naturales en tu despacho y más aún si no dispones de un buen jardín o terraza. Cuida y elige bien el tamaño; una maceta de grandes dimensiones puede producir sensación de opresión y reducir los espacios; plantas de tamaño pequeño o mediano contribuyen a crear ambientes saludables.

El color

La neurociencia explica cómo se activa el cerebro ante determinados estímulos. El color es uno de los que más pueden influir en nuestro estado de ánimo.  Si en tu despacho casero utilizas elementos de color relajantes te transmitirán sensación de sosiego y si por el contrario utilizas colores vivos puedes contribuir a acelerar tu actividad cerebral procurando que te vuelvas más eficiente o productivo.

Elige bien qué elementos de color colocas sobre tu escritorio dependiendo de la actividad que vayas a desarrollar y el horario del día. Si por la mañana estamos más descansados un color intenso puede hacer que trabajemos de  manera más provechosa y estimulante.

La decoración de tu despacho también ayuda. Los tonos relacionados con la naturaleza – ocres, verdes, azules- reducen el estrés y el cerebro percibe el espacio como ambiente más saludable y natural.

Un buen cuadro te ayudará a evadirte

Un cuadro de un paisaje o una ciudad sobre la pared o fotografías sobre tu mesa  pueden hacer que tu cerebro viaje a lugares lejanos gracias a las neuronas espejo, descubiertas por el neurobiólogo Giacomo Rizzolatti en 1996.

Las neuronas espejo son las responsables de que sintamos emociones compartidas mediante la observación y están muy relacionadas con la empatía. Las neuronas espejo crean una representación mental de lo observado, envían señales al sistema límbico y nos hacen sentir emociones sin experimentarlas directamente por imitación. 

Con las neuronas espejo no hace falta estar de manera real en el sitio ideal; la vista percibe este paisaje y hace que se activen sinapsis neuronales en nuestro cerebro para poder sentir la emoción de estar en otro lugar. Llena tus paredes de lugares maravillosos y deja escapar tu mente.

Recuerda:

Si te quedas en casa a trabajar no expongas de nuevo a tu cerebro a una sobrecarga emocional.

La Neuroarquitectura puede ayudarte. El espacio y el entorno colaborarán en combatir la ansiedad, el miedo y el estrés. 

Combínalo con una dieta saludable, practica deporte moderado y despeja tu mente.

Cuida tu espacio físico, busca tu espacio mental y tu cerebro inconsciente hará el resto.

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