Formación Online,¿estamos retrocediendo pero no lo sabemos?

Formación Online,¿estamos retrocediendo pero no lo sabemos?

La formación online, ¿crees que es un avance? Tal vez no sea siempre así.

En este artículo, el profesor Luis Roldán González de las Cuevas advierte que esta modalidad puede estar haciéndose mal en muchos casos y significar un retroceso en vez del avance que debería suponer.

Hace tiempo

Hace algo más de 20 años años comencé un camino apasionante cursando una diplomatura en lo que en aquel momento se llamaba “formación a distancia”. Se alejaba bastante de la ingeniería que había estudiado, pero entendí que, en el ámbito de la enseñanza-aprendizaje, eso era el futuro.

A los más jóvenes les diré que en esa época ya existían los ordenadores e Internet, pero claro, imaginen la capacidad y velocidad. Estaba todo muy limitado, de modo que no había clases en línea, y los alumnos accedían a documentos y en todo caso a slides, por lo que la gran parte del material de estudio se enviaba por correo.

Piensen ahora en las diferencias que existían respecto a las clases presenciales. Un abismo. Pero también sepamos que las clases presenciales 20 años atrás eran mayormente las clásicas: un profesor hablando delante de los alumnos y una pizarra. Los alumnos tomaban nota y punto. Para luego estudiar por sus apuntes y la bibliografía. Es decir, el profesor como el que más sabe, más información tiene y transmite sus conocimientos que los alumnos deben aprender.

Aun así, respecto a la formación a distancia, existían un factor humano, cercanía, intercambio de ideas…Era razonable que muchos pensaran que la formación a distancia era poco menos que inútil.

El cambio presencial

Lo cierto es que las ideas y conceptos pedagógicos fueron cambiando en la formación presencial. Ahora la tendencia predominante es tratar de lograr una mayor interacción alumno-profesor y entre los alumnos, por ejemplo, trabajando en proyectos. Se trata también de que el rol del profesor sea el de facilitador en la búsqueda de conocimiento de los alumnos y no un mero expositor. A mi criterio, todo un avance hacia el modo natural en que nos motivamos y aprendemos. Es cierto que estas ideas no están del todo entendidas, extendidas o practicadas, pero se ha progresado bastante.

Otro hito crucial está siendo la irrupción de la neurociencia en la educación, la neuroeducación, que está brindando unos conocimientos y herramientas extraordinarias. Y seguirá dándonos muchas sorpresas más.

El cambio online

Paralelamente a la tecnología, la formación a distancia, ya más propiamente llamada formación online o elearning, crece de manera espectacular. La brecha con la formación presencial, que era la “distancia” o el factor humano, se acorta y diluye. Es más, en muchos casos llega a superar ese inconveniente y aún ir más allá. Por ejemplo, al poder establecer redes de contactos con todo el mundo, intercambiar y hasta presentar tesis o trabajos de fin de máster por vídeo como, por ejemplo, ya es habitual en nuestra institución Esco E-Universitas.

¿Avance o retroceso?

La pandemia de COVID 19 ha trastocado muchas cosas, muchas para mal, pero algunas tal vez para bien. En parte, es el caso de la educación, veamos.

Lo bueno es que muchos más se acercan a la formación online, aunque sea por obligación. Lo negativo es que de pronto es urgente. Todo el mundo se apresura a montar plataformas, hacer planes y subir contenidos. Sin entender bien que se trata de un mundo nuevo en la educación, no de hacerlo lo más parecido a las clases presenciales. Y aquí es donde en muchos casos, tal vez demasiados, se está retrocediendo.

Ahora se está volviendo a las aburridas y poco motivantes clases unidireccionales, pero eso sí, con tecnología. Ya no es el profesor “en vivo”, pero se ponen vídeos con las clases de los profesores en largos discursos, o simplemente se cuelgan una serie de documentos a estudiar.

Lo que se había ganado se está perdiendo. Solo videos enlatados, largos documentos para leer y slides, no es formación online.

Se está volviendo al pasado y peor aún, sin apenas contacto personal.

Lo malo es que es realmente cómodo y lo cómodo “engancha”. Más de un profesor grabará sus vídeos en su casa, tan tranquilo, y poco más. Se ahorra un montón de esfuerzo, pero esto no es gratis, lo pagará el alumno con su falta de preparación.

No estoy hablando de supuestos, todo este retraso lo estoy pudiendo comprobar en muchas ocasiones.

El desafío

La formación online se debe entender como un nuevo desafío. No se trata solo de reemplazar la pizarra por una pantalla o el profesor por un vídeo. Es más, se trata de un desafío no solo para las instituciones educativas o los profesores, sino también para las administraciones, que están aún con viejos esquemas, y para los nuevos “alumnos virtuales”.

Instituciones y profesores

Las instituciones educativas y los profesores no se tienen que preocupar tanto por la tecnología, sino por la metodología. En cambio, ¿qué estoy viendo? Pues que la gran preocupación es qué plataformas y otras herramientas tecnológicas usarán. La tecnología es solo el medio, no es el fin en sí mismo. La metodología es la clave. La tecnología es la que debe estar supeditada a esa metodología y no al contrario.

Las instituciones educativas y los profesores no se tienen que preocupar tanto por la tecnología, sino por la metodología.

Esto ocurre cuando la mentalidad organizacional y de los profesores se queda en el tiempo y su preocupación es imitar en lo posible la formación presencial, cuando en realidad la formación online abre un mundo muy distinto: chats, foros, proyectos en equipo, wikis, tipos de evaluaciones, etc, etc.

Creo que es indispensable educar al educador en formación online. Pero no en el uso de la tecnología, que también, sino en las nuevas metodologías de enseñanza online. Estas nuevas metodologías deberían agilizar el tan comentado y discutido cambio de rol del profesor. La transformación de ser el que solo transmite su conocimiento, con poco o nada de permiso para el espíritu crítico de los alumnos, a ocupar el rol de orientador y facilitador del aprendizaje.

Administración

En cuanto a la administración pública, otro tanto. Estoy convencido que la mayoría de los funcionarios y políticos no entienden lo que es la verdadera formación online.

No es una crítica a ellos en particular, es lógico que así sea en tanto no es una modalidad totalmente extendida y que buena parte de ellos la hayan experimentado. Simplemente, sobre lo que no se entiende no se legisla ni se puede normalizar con acierto (tal vez, quienes legislan o quienes crean o aplican normas sobre este tema deberían también hacer al menos un curso, moderno y de buena calidad en términos de metodología online, antes que nada).

Alumnos

Los nuevos “alumnos virtuales” también tienen su buena cuota de responsabilidad y de adaptación a las nueva modalidad y metodologías online. Recalco, nuevas metodologías y no nuevas tecnologías, esto último es secundario.

El nuevo alumno tiene una responsabilidad mayor, si es que cabe, en su propia formación. Ya no está el profesor o maestro a su lado mirando lo que hace, corrigiendo y motivando. Tampoco se puede esconder en el último banco de la clase, para pasar desapercibido o distraerse con algo, porque ahora es, más que nunca, el verdadero y único protagonista de su propio aprendizaje.

Sin duda hace falta una buena dosis de automotivación y de autodisciplina. Aquí tiene también mucho que ver mucho la metodología. Metodologías anticuadas y aburridas no ayudarán al alumno en estos aspectos. En cambio, metodologías online amenas, motivadoras y centradas en los intereses del alumno, favorecerán sus buenas actitudes.

Metodologías online amenas, motivadoras y centradas en los intereses del alumno, favorecerán sus buenas actitudes.

Solo una comparación para hacernos una idea: dar la tarea tradicional de estudiar determinado tema y luego un examen o que haga un vídeo de 3 minutos resumiendo el tema y aportando sus ideas y que además lo comparta en el foro con sus compañeros. ¿En qué caso estará más motivado? Muy diferente ¿no?

Conclusión

Procuremos no retroceder en el tiempo. Esta entrada casi masiva en la formación online, a causa de la pandemia, debería ser una oportunidad para un gran avance disruptivo en la educación, en la línea que posiblemente la mayoría reclama de centrarse en el alumno, y no solo en el cumplimiento de rígidos planes de estudio. ¡Dejadlos crear!, como dice Sir Ken Robinson.

Esta entrada casi masiva en la formación online, a causa de la pandemia, debería ser una oportunidad para un gran avance disruptivo en la educación.

La formación online lo puede hacer posible. El deseo que parecía casi inalcanzable de una educación personalizada está cada vez más cerca. Un ejemplo, hoy en día un profesor, a través de la pantalla de su ordenador, puede ver a sus estudiantes, que están sus casas, y saber, gracias a “facial coding” (una herramienta biométrica), cuál de ellos está atento y cual no, o si les agrada y motiva lo que están escuchando o viendo.

La oportunidad está en aprovechar el momento para terminar de romper los viejos esquemas de la formación tradicional y apostar por una renovada educación donde la formación online sea una gran protagonista.

¿Te interesa actualizarte en Educación? Esto te puede interesar, haz clic AQUÍ

1 comentario

  • Extraordinaria visión que, lamentablemente, parece ser la menos difundida. Coincido en muchos puntos, de los cuales destacto que la metodología es un tanto más importante que todo lo demás, ya que esta es la que permitirá tomar mejores decisiones en relación a la tecnología y otros recursos necesarios. Pero le daría un poco más de relevancia al uso de la tecnología, porque termina siendo también una oportunidad para aprovechar más y mejor este recurso, tanto en la educación como en la vida misma. Desde el punto de vista de educación de niños creo que también hay que vincular, atender y capacitar a los padres, que no necesariamente hacen buen uso de la tecnología y mucho menos tienen herramientas pedagógicas para acompañar la formación desde casa en este contexto de Pandemia. Me gustaría ver una propuesta desde los Gobiernos (que son los que tienen el mayor poder de implementar políticas públicas) en la que se busque actualizar en metodologías de educación a distancia. Así como en su momento se decretó la década de la neurociencia, que se decretara al menos un par de años como del elearning, porque a final de cuentas, incluso más allá de la pandemia (la cual no se va a acabar pronto tampoco), nos abre posibilidades que serán cada vez más factibles y atractivas desde el punto de vista de tecnología. Y si es avance lo acompañamos también con evolución en las metodologías de enseñanza, podremos aprovechar las circunstancias para mejorar nuestras capacidades como sociedad en un reto que siempre estará vigente: el aprendizaje.

    Gerardo García Marcano Reply

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Deseo recibir información, por cualquier medio, incluidos medios electrónicos, sobre las actividades propias de ESCO Euniversitas y de terceros con los que participe o colabore Esco E-Universitas.